martes, 9 de octubre de 2007

El abrazo.

La Biblia comenta en Proverbios 3:5 que todo tiene su tiempo y pone muchos ejemplos uno de ellos dice: “…tiempo de abrazar y tiempo de abstenerse de abrazar.”

Este versículo ha dado vueltas en mi cabeza últimamente. Amigos que no son creyentes me han dicho el impacto que produce en sus vidas cuando llegan una reunión cristiana y todos se abrazan “como si se quisieran mucho” o “como si fueran los grandes amigos” en palabras textuales. Creo que aparte de transmitir el cariño y amor por las personas, el abrazo es testimonial.

Por un lado el abrazo, según estudios científicos, provocan los siguientes beneficios:
- Se siente bien
- Deshace la soledad
- Derrota el miedo
- Abre las puertas a las sensaciones
- Ayuda al auto estima (¡súper, alguien me quiere!)
- Alienta el altruismo (¡tengo ganas de abrazar a todos!)
- Retrasa el envejecimiento
- Ayuda a reducir el apetito (¡de verdad! Eso dicen)
- Ayuda a reducir la tensión
- Ayuda con el problema del insomnio

Además, como dicen, el abrazo no necesita de pilas ni de instrumentos ni afecta la ecología, sino sólo se necesitan ganas de darlo.

Yo creo que un abrazo dice mucho más de lo que aparenta. Y creo que es una de las formas de manifestar al mundo que nos amamos. Y no me refiero al abrazo político, en el cual sólo se da para la foto. Me refiero al abrazo franco que expresa lo que sentimos.

Fomentemos en nuestras casas, el abrazo. Es bueno para el corazón.

Armando Carrasco Z.

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