miércoles, 22 de agosto de 2007

Dios "en" y "con" nosotros.

“Y yo rogaré al Padre, y os dará otro consolador, para que esté con vosotros para siempre: El Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce, pero vosotros le conoceís, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. No os dejaré huérfanos”
Juan 14:16-18

En este versículo vemos la diferencia que hay de dos percepciones del Espíritu Santo. La primera saber que Él puede estar en nosotros, y la segunda es que también puede estar con nosotros. No es lo mismo y por eso nuestro Amado hace la diferencia.

Estar en nosotros surge cuando nacemos de nuevo, nos convertimos en morada o templo del Espíritu Santo. El viene a nosotros y reside dentro de nosotros. El Dios que no pudo contener el universo mucho menos un templo hecho por manos humanas, decide vivir en nosotros. Esto en sí es algo maravilloso que nuestra mente humana limitada no puede entender cabalmente.

Pero también está el hecho de saber que el Espíritu Santo está con nosotros. Esto habla de manifestaciones concretas de su presencia. En momentos y lugares específicos.

En una ocasión estaba en una reunión de alabanza, cuando de repente el Espíritu Santo se puso a mi lado derecho y me habló al oído derecho y me dijo te amo. De inmediato me puse a llorar y a replicarle que Él no podía amarme, por que yo era el pecador más grande del mundo. Y el sólo repetía te amo. Y por más explicaciones que yo buscaba para convencerlo de que Él no podía amarme el seguía diciéndome te amo. Por más de 9 ó 10 años yo había sabido por fe que Dios me amaba, pero cuando Él me lo dijo en persona hubo un diálogo, hubo una cercanía y sobre todo se generó una confianza que nadie me la va a robar. Dios me ama, Él mismo me lo dijo. Su presencia se manifestó en un momento y en un lugar específico. Por eso te digo con toda seguridad; el Espíritu Santo está con nosotros.

Yo he estado en lugares donde hablan mucho de Dios, donde su doctrina es casi perfecta, pero Dios no está allí. Su omniprescencia sí, la fe de saber que Dios mora en los creyentes sí, pero no han encontrado la verdad de buscar la persona de Dios en sus vidas. Que puede estar con ellos. No me canso de repetir que Dios no es una doctrina, ni una revelación, ni una reunión ni un sermón. Dios es una persona. Que le gusta visitar a sus hijos de manera personal y tangible. Y no sólo eso Él premia a aquellos que buscan su amistad. Y buscar su amistad no se logra sólo por tener doctrina. Es necesario buscarlo a Él como persona. Buscar diálogos con Él.

Ahora bien Él siempre está en y con nosotros, la cuestión radica en cómo interactuas con Él, cómo lo tratas, como un amuleto mudo que por fe sabes que Él está allí, o buscas el diálogo para entablar una amistad y una relación íntima de Padre a hijo con Él. Él siempre está contigo esperando ser tu amigo. Pronto, ve a tu cita Él ya te está esperando.

Armando Carrasco Z

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