lunes, 20 de agosto de 2007

La Iglesia de todos

Estoy completamente convencido de que el nuevo orden mundial de la Iglesia no incluye a los “grandes hombres de Dios”.

La era de los grandes evangelistas ha termindo. La era de los predicadores masivos ha concluido. Esto no quiere decir que ya no van a existir. Seguirán existiendo y seguramente seguirán siendo usados por Dios dentro de los márgenes y límites de su propio odre.

A lo que me refiero es que el odre de este nuevo orden munidal divino no incluye a los predicadores masivos. Esta nueva era del cristianismo está levantando nuevos líderes sin nombre y sin promoción. Son hombres comunes y corrientes con una labor de tipo hormiga.

Son los santos de los que habla Efesios 4:12

Este nuevo orden mundial de la Iglesia pertenece a la Iglesia global.

Es el principio del funcionamiento entero del Cuerpo, en el cual está involucrada toda la Iglesia.

Las cinco funciones están fluyendo de una manera bien específica fuera de todo programa de congresos y seminarios.

Estos hombres y mujeres no están llevando su mensaje a los pastores ó líderes, están llevando su mensaje a la Iglesia, a los que conforman el cuerpo entero, a los santos.

No están tratando de que los odres se renueven o que pongan parches a sus congregaciones, han entendido que Dios está derramando vino nuevo y que ese vino nuevo necesita vaciarse en odres nuevos.

De hecho todos estos mensajes no están diseñados ni planeados para los pastores, no tenemos la más mínima intención de convencer a que los pastores “cambien” y entren al odre nuevo.

Este tipo de mensajes es para aquellos que están en búsqueda genuina de odres nuevos.

La forma que está tomando la Iglesia global cambiará radicalmente, en nada se parece a lo que conocemos hoy, empezando por su manera de operar.

Los líderes que se están levanando en todo el mundo son muy diferentes, completamente diferentes a los que Dios levantó y usó hace algunos años. Son líderes que no se limitan a hacer Iglesia en un lugar especial ni en un día especial. Son hombres y mujeres que mueven el Reino cada vez que ellos se mueven.

Muchos de ellos no se han desarrollado en medios tradiconales de “crecimento espiritual” como institutos y seminarios algunos ni siquiera en congregaciones o iglesias locales.

Se han desarrollado en el mundo empresarial o político o educativo. Pero han estado creciendo en una guianza de Espíritu Santo.

Son los Josés y los Nehemias de nuestros tiempos.

Aún las reuniones están cambiando hacia un sistema en el cual todos participan, un sistema donde todos los santos forman parte de las reuniones, donde no son espectadores domincales para observar el montaje de unos cuantos.

Para participar no se requiere de haber cursado un Instituto bíblico o haber tomado todo los cursos de la iglesia local. Son reuniones en las que todos entienden que Dios habla personal y corporalmente y que la participación de cada uno de los miembros es importante para armar las frases completas de Dios.

Los santos no van a la reunión pensando qué palabra o qué bendición recibirán, van pensando qué pueden ellos aportar, qué palabra pueden dar o a quién pueden bendecir.

Este nuevo orden mundial de la Iglesia, está contemplando que los santos ocupen su lugar y que ellos como cuerpo hagan la obra del minsterio.
Efesios 4:12

Armando Carrasco Z.

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